Los implantes anticonceptivos son un método anticonceptivo a largo plazo. También, se denominan anticoncepción reversible de acción prolongada (LARC, por sus siglas en inglés).
Un implante anticonceptivo es una varilla plástica flexible del tamaño de una cerilla, que se coloca debajo de la piel en la parte superior del brazo. El implante libera una dosis baja y regular de la hormona progestina.
La progestina previene el embarazo al inhibir la ovulación y aumenta el grosor de la mucosidad del cuello del útero. Esto hace que sea más difícil para los espermatozoides llegar a un óvulo. La progestina también reduce el grosor de la membrana que recubre el útero, de modo que, si un espermatozoide llega a un óvulo, le resultará más difícil al óvulo fecundado adherirse al útero.
Protege hasta 3 años, se realiza en la consulta. Es un proceso ambulatorio con una efectividad del 99% si se aplica correctamente por un profesional de la salud.
Produce hormonas similares a las que produce el cuerpo de la mujer. Las cuales inhiben la ovulación, cambian la capa interna del útero y las características del moco cervical con el fin de impedir que ocurra un embarazo.